Escribir todos los días
Muchos escritores destacan la importancia de escribir todos los días. Veamos lo que dice Walter Mosley en un libro que se titula Este año escribes tu novela[1], pero que cada cual podría leer como Este años escribes tus cuentos, tus ensayos, tu libro de poesía, etcétera.
“Para ser un escritor debes implementar una rutina diaria. Separa determinada cantidad de tiempo (no inferior a una hora y media) para sentarte con tu computador o cuaderno. Sé que esto puede ser difícil.”
La escritura diaria crea o fortalece el hábito de algo a lo que finalmente nadie nos obliga y nos acostumbra a mantener un contacto permanente con nuestra capacidad creativa.
Pero, como sabe cualquier que lo haya hecho o querido, esto no es fácil. Obligaciones diferentes a escribir ficción nos acechan, consumiendo tiempo y energía. Pero si queremos escribir, se trata justamente de que la escritura se abra un espacio en nuestra cotidianidad.
Una de las dificultades para lograrlo consiste en que a lo mejor nos abrumamos con la sola idea de sacar todo ese tiempo para escribir.
Antes de ver cómo hacer manejable esta idea, veamos un problema relacionado.
Escribir una obra: cuento(s), novela corta, novela
El solo hecho de pensar en escribir un cuento, una novela corta o una novela puede parecer abrumador. Es posible que la enorme cantidad de palabras o páginas que tiene una obra de ficción nos intimide. Nos pasaría lo que le ocurre a alguien que contempla una montaña antes de escalarla, ve la cima como algo muy remoto y lejano y se queda pensando en eso. Esta persona dudaría de su propósito al punto incluso de paralizar o posponer su escalada.
El primer paso y el siguiente paso
¿Cómo hacer para que no nos resulte abrumador pensar en escribir todos los días o en escribir una determinada obra?
Concentrándonos en el siguiente paso.
La siguiente media hora
La recompensa de escribir durante determinado tiempo no está solamente en lo que se produce durante esos quince, sesenta, noventa o más minutos. Está, sobre todo, en el flujo creativo que se experimenta mientras se escribe (para liberar dicho flujo creativo ver la primera entrada del blog).
Por lo tanto, en este caso, lo más complicado es decidirse a sentarse ante el cuaderno o computador durante determinado tiempo. Si apenas estamos comenzando a escribir, a ejercitar la pluma, bastará con quince minutos o media hora. Pero si ya hemos avanzado un poco y queremos seguir el consejo de Mosley, entonces debemos encontrar el momento del día en que dispongamos de al menos una hora y media o dividir ese período de tiempo en varios segmentos. No es imposible encontrar media hora libre en diferentes momentos del día. Cuando abrimos ese espacio y lo utilizamos productivamente nos damos cuenta de que media hora más en otro momento del día no nos representará una carga excesiva.
Cuando dispongamos de más tiempo y experiencia escribiremos durante más de una hora y media.
En todo caso, el primer paso y el siguiente siempre consistirán en escribir durante un determinado lapso de tiempo, tan corto como para encontrarle un espacio y tan largo como nos sea posible dado nuestro desarrollo como escritores.
La siguiente página y la siguiente tarea específica
Cuando uno ya identificó una obra que quiere escribir, no debe pensar siempre en la totalidad del proyecto, sino en cada uno de los pasos que debe dar para completarlo y, en particular, en el siguiente paso.
Para escribir un cuento, una novela corta o una novela, no debemos pensar demasiado en las 10 o 100 o 400 páginas a escribir. Es mejor considerar la obra como la suma de muchas frases o páginas que escribiremos una a una (no hay otro modo). Si cada día escribimos una, dos, tres o más páginas, en poco tiempo tendremos una primera versión de un cuento y en unos meses de una novela, algo que parecería imposible de otro modo.
De hecho, esto lo hemos experimentado como lectores, pues cuando vamos a leer un libro no nos quedamos pensando en su elevado número de páginas, sino que nos sumergimos en la lectura, de página en página, y casi sin darnos cuenta avanzamos hasta terminarlo.
Por otra parte, también es conveniente determinar con claridad cuál es el siguiente paso, la siguiente pequeña tarea que debemos abordar para escribir nuestro relato u obra. Para dar el siguiente paso hay que tener claro cuál es: buscar una idea, solucionar un problema de la trama, identificar qué problema no nos deja avanzar o simplemente seguir escribiendo o corrigiendo en el punto en que vamos. Así concentraremos nuestra energía creativa en algo concreto y no en pensar en lo inabarcable y grande de nuestra labor.
Por ejemplo, si estamos buscando una idea, enfocaremos nuestra mente en estar alertas para cuando aparezca, escribir una lluvia de ideas, leer textos que nos sugieran algo, meditar, en fin, cualquier método para buscar ideas, pero enfocados en ese propósito.
¡Adelante!
El primer paso siempre es el más difícil. Por eso conviene comenzar con un paso pequeño e ir ganando confianza a medida que se den más.
Si se trata de tiempo y queremos comenzar a escribir, entonces quince minutos o media hora al día nos permitirán ir adquiriendo el hábito para luego escribir más.
Si se trata de una obra, entonces es mejor comenzar escribiendo cuentos breves, cuentos, novelas cortas y después sí novelas.
Por otra parte, ambos propósitos, el de escribir todos los días y el de escribir un texto, se refuerzan mutuamente. La escritura diaria nos servirá para progresar en una obra y avanzar en el texto nos hará querer seguir escribiendo todos los días.
Así pues, invito a los que quieran escribir a hacerlo absolutamente todos los días (me incluyo en este propósito) y a compartir su experiencia en esta o en otra entrada del blog que volverá a tratar este tema más adelante.
[1] Walter Mosley, 2007. This year You Write Your Novel. Nueva York, Hachette.
Hola! Me ha encantado tu entrada… Precisamente así estoy yo, buscando huecos para seguir escribiendo! Yo tenía una rutina estupenda y últimamente no hay manera. Es frustrante, pero tienes razón, hay que empeñarse.
Enhorabuena por tu blog y gracias por estas reflexiones. La comparto 😉
Hola Helen, me alegra que te haya gustado. Creo que todos tenemos altibajos en nuestra rutina por unas u otras razones, pero lo importante es volver, ojalá con más fuerza, a nuestro ritmo. Seguiré tu blog también, me gustó la entrada sobre tu experiencia con Createspace, ahora que estoy por publicar algo también. Muchos saludos!