Archivo por meses: diciembre 2017

Whisky nacional

Whisky nacional

-Por fin -dijo Heriberto contento y tomó otro largo sorbo del whisky recién salido del alambique-. Este nos quedó perfecto.

-A mí me saben todos igual -dijo Yeison, que podría haber estado tomando alcohol puro.

-Es exacto al original -dijo Heriberto-. Ahora toca comprarles botellas vacías a los recicladores, eso sí, de las mejores marcas, y llenarlas con nuestro whisky. Luego las vendemos a buen precio.

Yeison se rascó la cabeza.

-Pero… ¿si nuestro whisky es tan bueno, por qué no sacamos una marca nacional? Eso pasó con la cerveza. Ahora hay muchas cervecerías artesanales.

-Yeison, eso sería mucho trabajo: mercadeo, competencia, superar prejuicios, pedir permisos y licencias, pagar impuestos, traer maquinaria en buen estado, esperar a que se añeje, en fin. No señor, vamos a ser ricos rápido.

-¿Y si alguien saca un whisky colombiano exitoso?

-Pues llenamos sus botellas con el nuestro.

-¿Y si la policía nos encuentra?

-Jaja, la policía, ¿cómo nos va a encontrar la policía?

-Jaja, sí, ¿cómo? -rio Yeison, no muy seguro, y confió en que nadie repitiera lo que él había contado en la fiesta de la pensión, después de unos tragos. Es que el whisky le daba muy duro.

«La chismosa»

Tardes y noches pasaba Misía Ernestina en la ventana que daba a la plaza, a la espera de eventos para comentar en la peluquería, el café, la iglesia. Horas aguardaba para detectar el roce sugerente de dos amantes, la llegada de un forastero, el alegato de dos conocidos, el nuevo auto de Don Rumiano y hasta un asesinato tarde en la noche, el de Bernabé. Ese sí que fue un gran suceso y ella, gustosa, narró con detalles y a quien la quiso escuchar, cómo la sombra esperó en una esquina para acuchillar a la finada. El comisario también le pidió su testimonio. Le llamaron la atención el entusiasmo, los detalles, la falta de empatía, y la insistencia en que Bernabé fue acuchillada. Porque al asesino, capturado no lejos del pueblo, le encontraron un cuchillo limpio en una bolsa, con una fajo de billetes. El machete con sangre apareció cerca del río. Misía Ernestina se quebró. Con magras palabras confesó que había mandado matar a Bernabé porque le decía “La chismosa”.

 

 

Buena partida

– ¿No entiendo? -le dije a AndreaX, la computadora central de mi casa-. Te pedí que intentarás ganarme en tu nivel más fácil de ajedrez y lo lograste. No soy tan malo. ¿Cómo lo hiciste?

– No fue fácil. Cuando llegamos al medio juego, bajé la temperatura de la casa y dejé pasar más luz por las ventanas. Hice el café sin cafeína y le añadí un toque amargo. Escogí de tu lista de canciones las que bajan tu nivel de atención. Anticipé notificaciones del calendario. La suma de todo eso, como predije, causó que te distrajeras y realizaras malos movimientos. No necesité dejar ingresar zancudos o disparar la alarma de incendios, que eran mis siguientes pasos. Creo que hice un buen trabajo. ¿Otra partida? 

[Zach Duner]